Una vez me dijeron que no desesperase, pero me desespero. Y lo hago porque no veo salida a esto. Las culpas ya no sabes a quién echárselas. Primero a ellos. Luego al entorno, a la crisis, al gobierno. A ti. No puedes cambiar a nadie salvo a ti misma. Así que haces lo que te dicen, lo que te aconsejan, lo que crees que “esto sí que me va a ayudar”.
Terminé la carrera de periodismo en 2011. Y nadie me contrataba porque ya era licenciada y en los medios sólo cogían a estudiantes. Así que sólo me quedaba colaborar en alguna que otra web, es decir, no ver ni un duro. Y alguien se enteraba y te reñía porque #gratisnotrabajo algo que veo totalmente lógico pero en mi caso si no colaboraba, me hundía. Porque el estar en tu casa, viendo pasar las horas no creo que haga bien a nadie, así que colaboraba o me hacía mi propio blog, o me aventuraba en Frikarte con mi amigo Daniel Espinosa.
Pero claro, el futuro se hacía presente y sabía que el dinero tendría que llegar alguna vez. Y como no salía nada pues iba apuntándome a cursos y Másters porque había que formarse, porque había que destacar, porque ahora piden más conocimientos. Así que he estudié Guión en Sevilla, Community Management en Cádiz, SEO y SEM en Madrid…y más cursos de radio y de cine.
Muchos conocimientos, nada de experiencia porque a cada entrevista que voy me preguntan por la experiencia laboral y yo no sé mentir ni fingir. Y menos sé fingir entusiasmo porque ya no sé qué significa esa palabra. Sé que he aprendido mucho a lo largo de estos años porque además soy una persona curiosa por naturaleza, me gusta investigar, leer y escribir. Pero no vale para nada (al menos en sentido económico) y te entra un miedo atroz porque piensas, “cuando ya no tenga la ayuda de mis padres ¿qué?”. Y cuando empiezas a mandar el currículum para teleoperadora, limpiadora, administradora, recepcionista…y ni esas. Te entra el miedo y el ascopena.
Pero la esperanza no te la quita nadie (aunque alguien debería) y sigues con tus proyectos, que algunos no salen adelante como aquella webserie que intenté hacer con AC Ojeda pero que te demuestra que te mueves (porque no hay nada que me de más coraje que me pregunten: ¿pero tú te estás moviendo? ¿Moviendo a dónde leñes?), ese libro que tengo pendiente sobre Sensación de vivir con Juan o mis contínuos artículos para Frikarte o BrendaForever.
Que experiencia profesional no tengo, pero me llevé un año colaborando como Community Manager para The Becquer’s Guide, que me fui hasta Almería a entrevistar al equipo de Doctor Who para Diario de Sevilla, que me he pegado viajes en autobús hasta Madrid para cubrir eventos y nunca olvidaré lo de compartir habitación en un hostal, turnándome el suelo con AC Ojeda y comiendo a base de sandwiches para cubrir el Festival Nocturna para la web de Frikarte. Estas cosas deberían valer para algo, pero por lo visto no valen.
Bueno, sí. Valen para que a mí me quede constancia de que me esfuerzo pero luego viene alguien y te pregunta ¿pero estas cosas te sirven para algo? (Y todos sabemos quién es ese alguien y sabemos que no lo hace con mala intención) y empiezas a notar los indicios de un ataque de ansiedad.
Pero por mucha esperanza, mucha ilusión y por mucho que te digan: eres joven…No lo soy. Tengo 30 años y quiero poder mantenerme por mí misma sin la ayuda de mis padres, quiero poder trabajar de lo mío porque he estudiado muchos años para esto. Pero como no se puede, mando ya mi currículum a todos sitios y tampoco llaman.
Una desespera. Te dicen lo de irte al extranjero, pero claro, sigue lo mismo no tienes experiencia. Y además no te estás yendo, te están echando. Y parece que si no te quieres ir (porque no, no me quiero ir) no te quejes, porque esa es la salida y no la estás aprovechando. Pero si yo aquí ya con contactos, con conocimientos, con estudios…no encuentro nada ¿en serio allí me va a ir mejor? Porque ir para trabajar en un restaurante de comida rápida, limpiando hoteles (apunto estoy de mandar el currículum para una oferta limpiando hoteles, por cierto) para eso lo intento aquí. Pero va a resultar de poco porque ni allí ni aquí tengo experiencia. Y claro, que tampoco tengo dinero para largarme.
No tengo experiencia porque nadie me da la oportunidad, no me dan la oportunidad porque no tengo experiencia. Lo de la pescadilla que se muerde la cola. Yo sigo con mis proyectos, mis artículos, el libro, los podcasts, mi blog…pero a veces todo esto no impiden las ganas de llorar.
Así que si alguien sabe de alguna oferta de empleo que me la vaya pasando y me salve de la pescadilla esa que me está volviendo loca.