La culpa de que las chicas normales no liguemos con hombres decentes, la tiene Summer. La de 500 days of Summer. Y unas cuántas más también, de las que hablaré, pero la que más Summer.
Los chicos dicen que quieren una chica normal y buena, pero no. Lo que quieren es una loca. Y las locas ligan mucho, un montón, y nosotras nos comemos los mocos porque somos más normales. No vomitamos arcoiris, no vamos de filósofas de la vida, no cantamos bien en los karaokes, es más, no vamos a karaokes. Pero Summer tiene otras dos amigas que van del mismo palo que ella Clementine (Eternal Sunshine of the spotless mind) y Ramona (Scott Pilgrim).
Ellos se enamoran de ellas. Porque dicen cosas raras sobre el amor y el universo. Porque son profundas y eso es de persona inteligente. Porque tienen un halo de misterio que las rodea. Porque son capaces de hacer locuras como jugar a las casitas en un Ikea o bailar bajo la lluvia. Porque son chicas independientes y maduras. Porque tienen un look estrafalario. Una se pone vestiditos vintage que cuando lo has intentado tú, no has ligado no, algo comprensible porque pareces una niña de cinco año y las otras dos llevan el pelo de colores. Y ellos se fascinan porque es una ilusión. Porque la profunda, la divertida chica, la especialita está haciendo un paripé para ligárselo. Tú lo sabes y ellos lo sabrán.
Porque la culpa de que no ligues la tiene Summer, pero la culpa de que te puteen también. Y es que Summer, Clementine y Ramona no sólo son unas locas que enamoran a chicos decentes, también son las que les rompen el corazón. Ese cabrón que te ha dejado tirada, ese capullo que te ha puesto los cuernos a pocos meses de estar saliendo, aquel que no te llama cuando consigue lo que todos están buscando, ellos han tenido a su Summer, a su Clementine y a su Ramona.
Se cegaron por la peculiaridad de sus aspectos, por sus cáracteres extrovertidos, por ese aire de independencia que transmitían todas. Pero Summer no cree en el amor, o mejor dicho, no cree en el suyo. Clementine directamente está loca y Ramona no es que sea misteriosa, es que es una puta borde. Y al final acaban cortando. Ellas. Destrozando así a unos chicos buenos que tenían mucho de CC Baxter como bien decían en GQ al final acaban convertidos en Sheldrake. Por despecho, por miedo, por ellas.
Y la culpa la tiene Summer pero también ellos, porque anda que no sabías tú bien que Summer y sus amigas eran unas arpías de cuidado y que acabarían destrozándoles el corazón. Pero claro, eran ejemplares únicos en su especie y tú una chica más del montón, del montón de las que se repiten. Y luego te das cuenta que de Summers y sus vestiditos vintage y que de Ramonas y Clementines con pelos de colores, el mundo está lleno. Y que no, que no vas a ligar nunca. Porque los hombres nunca aprenden.