Los clásicos no pasan de moda y Dos es en la ciudad es todo un homenaje al cine clásico, a las historias sencillas, bonitas y divertidas que nos llenan de alegría y que por unos instantes nos hacen olvidar que existen los problemas.
Tuve la suerte de acudir el pasado día 3 al reestreno de esta obra en El Umbral Primavera. Salí encantada y con unas ganas enorme de ver cine clásico, es más, fui directamente a comprarme Charada en DVD. Antonio de Cos, su director, nos presenta un texto tremendamente divertido, lleno de momentos que nos hacen sonreír y nos convierte en unos cotillas adentrándonos en la vida de dos personas que se encuentran en una gran ciudad.
Y es que como el propio equipo dice, la obra nace de esas historias que nos rodean, de las que somos partícipes como unos verdaderos mirones pero que las prisas no nos permiten descubrir el final. Y es que ¿quién no se ha parado a imaginarse la vida de quiénes se sientan a nuestro lado en el metro? “Esa pareja es demasiado mimosa, uh, seguro que llevan unos pocos meses juntos”, “esos dos se acaban de pelear fijo, seguro que él está tonteando con otra”…
Yo recuerdo que cuando vivía en Sevilla mis compañeras y yo nos sacamos la historia de un abuelo que acudía todos los días a hablar con sus nietos que se asomaban por la ventana (pero no la cuento que las conclusiones a las que llegamos son muy tristes). Y un día de vacaciones con mi familia en París fuimos testigos de un trío muy pintoresco en Pizza Pino (la mejor lasaña del mundo la tenían allí) que cantaban borrachos La vie en rose y al día siguiente aparecía uno de ellos solo y con resaca. Fue ver ese contraste del hombre solo, tomándose un café con cara decaída para imaginarnos que la mujer que lo acompañaba se había largado con el otro chico y que este hombre con cara de cochinillo (tenía cara de cochinillo y así lo llamamos durante el viaje) sufría de mal de amores.
En Dos en la ciudad descubrimos algunas de esas historias interpretadas por Joaquín Navamuel, Mario Retamar y Carlota Romero que están deliciosamente divertidos en todos los papeles que van interpretando. Pasan de un rol a otro de manera magistral y te hacen entrar en las historias en un segundo.
Si queréis disfrutar de una obra divertida, ingeniosa y divertida apuntad los sábados de mayo en vuestro calendario porque a las 20:00 podrás teletransportarte a Nueva York y conocer a unos divertidos personajes que te harán reír y sonreír, que buena falta nos hace.
Fuente Fotos: Facebook Dos en la ciudad