Yo bloqueé a Aziz Ansari, o al menos a alguien que me recuerda a él. O a lo que nos han contado de él. Hace pocos días, después de su victoria en los Globos de Oro, Ansari era otro de los acusados por su comportamiento sexual inapropiado.
El artículo publicado en la web Babe relata la experiencia de una chica que tuvo una cita con el actor. El texto es tremendamente explícito, como si una declaración jurada se tratara, y en este se narra como Ansari atosiga continuamente a la joven para que mantenga relaciones con él. Ella se muestra incómoda y afirma habérselo dejado claro verbal y no verbalmente, a pesar de ello y de que en algunos momentos el actor parecía captar el mensaje, al poco rato continuaba con su intento de forma bastante agresiva y grotesca.
Por suerte no he vivido ninguna situación parecida a la que esta chica sufrió pero tengo claro que así podría haber sido. Yo conocí a alguien que bien podría haber actuado de la misma manera que Ansari si yo no hubiese cortado todo tipo de relación. Nunca llegó a pasar nada que yo no quisiese, pero recuerdo mensajes molestos a todas horas a los que yo respondía con desgana y en muchos de ellos dejando claro que no quería nada con esa persona. Al poco tiempo empecé a salir con mi ex y aún así, esta persona seguía insistiendo. No le hice mayor caso hasta que me escribió diciendo «podemos quedar, tu novio no tiene por qué enterarse».
Me llama la atención que fuese ese mensaje y no la veintena anterior en la que me hablaba como si fuese un trozo de carne, el que hizo que decidiera bloquearle. Mi mejor amigo se ponía de los nervios porque yo no terminaba de cortar el contacto y no era por interés sino por no molestar. Me hacía sentir mal ignorarle o bloquearle. Y aunque no es por asomo algo parecido al artículo del que hablamos, sí que me identifico con la actitud de la chica cuando no termina de irse o de, directamente, mandarlo a la mierda.
Por ello no comparto las opiniones de muchos cuando recriminan que ella no fuese más directa o que no se largase de allí corriendo, pero tampoco puedo criminalizar del todo la actitud de Ansari. Me parece un cretino y yo no me acercaría a alguien así. Me parece un capullo después de leer lo que pasó pero no creo que cometiera una agresión sexual porque a pesar de que en esa cita se comportó como un baboso egoísta y falto de empatía, no tengo nada claro que él supiese que ella lo estuviese pasando tan mal. Entiendo que le chocara sobre todo cuando ella llegó a participar en ciertas actividades sexuales.
No estamos ante un Weinstein, ni ante un Kevin Spacey y no creo que las consecuencias deban ser las mismas para Aziz Ansari. Hay que tener en cuenta que esto ocurrió hace un año y tras conocer el malestar que sintió ella, Ansari se apresuró a disculparse. No sabemos si este momento en la vida de Ansari le abrió los ojos o si ha cambiado su actitud hacia las mujeres en estas circunstancias, aunque entiendo que por la imagen que él se ha creado a partir de sus libros y Master Of None, que muchos se ofendan porque tras la máscara de aliado se esconde otro salido más (y de esto en Twitter hay mucho).
Quizá usar el nombre de Ansari para relatar esta historia le vaya a causar más daño del que se merece, pero ha abierto un debate interesante e importante en la sociedad: no todo lo que no sea agresión sexual quiere decir que sea correcto. Plantea una reflexión sobre por qué ciertos hombres creen que pueden abordar a una mujer simplemente porque han aceptado tomar una copa con él y sobre todo nos hace recapacitar en por qué las mujeres nos sentimos culpables y acabamos aceptando una realidad de la que no queremos formar parte.
Doy gracias a la suerte que tuve de cortar a tiempo y sinceramente, de no quedar ya con nadie porque últimamente lo que nos rodea no me incita nada a abrirme al mundo de las citas.