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Cuando Francis Underwood mató a Joshua Lyman

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Hace 15 años se estrenó en Estados Unidos una de mis series favoritas, El ala oeste de la Casa Blanca. Creada por Aaron Sorkin y emitida durante siete temporadas por la cadena NBC, esta producción nos hizo creer en una política idealista. La ficción parecía tan real que aún muchos consideramos a Jed Bartlet nuestro propio Presidente, ya no de Estados Unidos, sino del mundo.

Lo que hacía grande a esta serie no era sólo su visión esperanzadora de la política, sino que sus personajes no eran perfectos y cometían fallos. Tomaban decisiones que no comprendíamos, a veces obligados por intereses ajenos que impedían que el mundo fuera mejor. Sirvió además para entender más sobre la política estadounidense aunque nunca se llegue una a quedar con todo.

En El ala oeste de la Casa Blanca se preocupaban por los estudiantes que no podían pagarse la universidad, por los inmigrantes cubanos que sacrificaban sus vidas por cruzar la frontera, por las víctimas de genocidios…y lo hacían de verdad. Mientras estos personajes luchaban por cambiar leyes en favor de los más necesitados, se enfrentaban a un congreso que únicamente miraba por intereses personales. Y es aquí cuando llegamos a House of Cards (2013) donde hemos visto cómo las ambiciones de un congresista sin escrúpulos pueden manipular a un país.

Y llegado el año 2014, ese idealismo, esa esperanza y esa buena fe han desaparecido. Ya no sólo en el mundo real en el que el famoso Hope de Obama y el Yes we can suenan a chiste, sino que en la propia ficción somos reacios a una visión tan clara de la vida política. En una entrevista a George Clooney con motivo del estreno de Los idus de marzo, comentó que pospuso la idea durante unos años porque el cinismo de su película no cuadraba con el ambiente positivo que vivía el mundo con la llegada de Obama.

La corrupción política nos invade y es normal que no aceptemos ver a un personaje como Joshua Lyman en estos tiempos. Josh era en un principio el ayudante del Jefe de Personal de la Casa Blanca, Leo McGarry. A pesar de sus ingeniosos y sarcásticos comentarios y que tiene claro cómo funciona el mundo en el que trabaja, es un personaje que nunca descansa por luchar por los intereses de la sociedad.

En el lado contrario tendríamos a Francis Underwood, un congresista con ambición que quiere el poder y le da igual cómo conseguirlo. Pero, políticamente hablando, no tiene ni idea de lo que está haciendo. Algo que demostró en el famoso programa de televisión en el que hizo el ridículo. Su habilidad es simple y llanamente el poder de manipular para conseguir lo que quiere. Que es salir en el primer plano de la foto tal y como aquel congresista que se enfrentaba a Josh quería sentarse en la mesa de los chicos guay.

Pero nos ha tocado vivir en un mundo en el que los Joshua Lyman escasean y los pocos que hay, no vamos a confiar en ellos. Siempre vamos a pensar que tienen una agenda oculta, que todas las acciones buenas que lleven a cabo se deben a intereses más perversos y por tanto estamos más dispuestos a creer que la vida política está llena de Francis Underwood y las noticias diariamente nos lo demuestran. Como decía el actor Richard Schiff (Toby en The West Wing) mientra El ala oeste de la Casa Blanca es lo que hizo que muchos entraran en política, House of Cards es la que está haciendo que quieran salir.

En el año 2014 Joshua Lyman se enfrentaría a Francis Underwood pero desgraciadamente, Lyman acabaría arrojado a las vías de un tren.

Publicado en Opinión, Series