Somos unas paná. Las panás somos las del jiji, jaja y luego paná. El problema de las panás es que nos damos cuenta tarde de lo que somos. Nos creemos que somos pa algo, cuando en realidad no somos ná, o al menos pa ná.
Las panás somos más virtuales que reales. Porque a los serer virtuales cuando se hacen realidad les pasa eso mismo, que se convierten en unos panás. Y eso somos. Virtuales y panás. Las panás leemos de todo, nos mandan de todo. Todo jijis, jajas y luego paná. Y para los que somos pa algo, son ellos los paná. Una paná y un paná deben acabar juntos. Algún día pasará.
Las panás van de un lado para otro con su vida. Trabajo, estudios, la compra, cine, café y luego paná porque acaban a las 23:00 en la cama solas y viendo por enésima vez Bridget Jones y llorando porque no tienen a un Mark Darcy en sus vidas. A falta de pan buenas son tortas y luego cogen los DVDs de Orgullo y Prejuicio, la serie de los 90 para seguir soñando con Mr. Darcy.
Y somos unas panás mucho jijis, muchos jajas. Pero te acuestas sola y te levantas sola y con cara de gilipollas. Porque somos unas paná que soñamos con ser pa algo. Si es que no aprendemos.