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Cinco motivos por los que ‘Reality Bites’ no ha pasado de moda

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El otro día me puse a ver Reality Bites, esa película insignia de la Generación X protagonizada por Ethan Hawke y Winona Ryder. La vi hace años, seguramente unos cuantos más tarde de su estreno porque recuerdo haberme percatado de que el doblaje de la película tenía el mismo que el de Dawson Crece.

Yo no pertenecía a esa generación, no había salido aún de casa, no acaba de terminar la carrera, no estaba buscando trabajo…por lo tanto no me pude sentir tan identificada con su trama, ni siquiera recuerdo haberme percatado de los problemas por los que pasaban los personajes más allá del ¿pero acabarán juntos Lelaina y Troy?

Hace unos días como comentaba, la volví a ver y me interesó más la vida de este grupo de amigos. Me interesó porque me identifiqué, porque a pesar de no pertenecer a la generación X, esa que iba a cambiar el mundo rompiendo barreras, esa que crecía al ritmo de videos musicales de MTV. Pero MTV dejó de emitir videos musicales y el mundo siguió igual.

  • Cuando terminamos la Universidad no tenemos ni idea de qué vamos a hacer con nuestras vidas

“¿Qué vas a hacer con tu vida?” Esa frase que te suelta tu padre con desdén y un toque de decepción cada vez que quedáis para comer. Esa frase que tú te repites cada noche cuando te abrazas a la almohada llorando como cuando viste el final de Titanic. La gracia es que esta preocupación sobre el futuro es una preocupación real. Lelaina (Winona Ryder) en Reality Bites tiene un come-come constante analizando el presente y futuro de sus amigos y por extensión de toda su generación.

Aquella que vivía rodeada por la comodidad, la falta de modelos y videos musicales de MTV. A pesar de que estas características no parecen indicar que se trate de una generación modélica, ésta tenía unos valores muy fuertes en temas sociales. La película habla sobre la homsexualidad, el SIDA, la comodidad económica, los principios…

Estos jóvenes alocados que bailaban al ritmo de My Sharona a los que los adultos miraban con desprecio, estaban involucrados realmente en el tiempo que vivían, querían de verdad cambiar el mundo.

 

 

  • Aún nos creemos artistas y nos vendemos por unos cuantos euros

Bueno Lelaina se vende engañada por la productora de Ben Stiller. Su documental, ese que va a cambiar el mundo, es un proyecto como todos aquellos que tenemos en el cajón, encima de la mesa o en la pantalla del ordenador. La gran mayoría no conseguimos sacarlos adelante porque esto cuesta, otros se venden a grandes medios o marcas y una pequeña minoría de gente que no pertenece a este mundo logra cosas, aquellas cosas con las que soñaban de pequeños.

Lelaina que quiere convertise en una cineasta capaz de retratar a su generación, acaba trabajando como asistente en una productora donde pasa muchas horas y cobra “una miseria” y lo pongo entre comillas porque sus 1.600 euros mensuales son ahora todo un lujo cuando muchos no llegan a los 1.000 y más siendo recién licenciados. Los periodistas que soñaban con destapar el Watergate, convertise en la voz del pueblo o aventurarse en los reportajes como lo hiciera Nellie Bly acaban de autónomos escribiendo artículos a euros en medios en los que se premia el sensacionalismo.

  • Seguimos dependiendo de nuestros padres

La mayoría de los jóvenes de veinte años como los personajes de la película viven en casa de sus padres o en pisos de alquiler pagados por sus padres. Algunos reciben ayuda económica o en especias (esos tuppers de la mamá que tan rica comida hace), y algunos hasta le llevarán la colada si no les pilla muy lejos. Si a Lelaina con sus 1.600 euros la ayudaban sus padres, imaginad a un joven de ahora que cobra 800 euros a jornada completa.

  • Seguimos queriendo trabajo de lo nuestro

El anterior punto guarda relación con esto, porque a veces la ayuda de los padres viene porque el trabajo “de lo nuestro” no nos permite ganarnos la vida. Algo que muchos ven como un mero capricho pero que es un tema que duele. Las empresas o nos piden demasiada experiencia o nos dicen que estamos demasiado cualificados. Algunos jóvenes olvidan sus estudios, su carrera y sus másters para trabajar haciendo hamburguesas, sirviendo cafés o vendiendo en grandes almacenes. Aunque el dinero sea mayor en algunos casos, todavía soñamos con encontrar ese trabajo por el que hemos estudiado tanto esperando a que alguna vez tenga un sueldo digno para poder mantenernos por nosotros mismos.

  • El amor nos sigue dando miedo

Parece que nuestros padres tenían las cosas más claras. Se conocía, salían, se casaban, tenían hijos y algunos se divorciaban. A nosotros eso de salir más de seis meses con una persona parece que nos asusta. Algunos se deciden por el amor libre, relaciones abiertas, otros por relaciones de un mes, un día o una noche. Y cuando encontramos a ese alguien a veces huimos en estampida porque asemejamos las relaciones a la pérdida de independencia y libertad y porque la vida nos ha enseñado que al final todo acaba mal.

Troy (Ethan Hawke) y Lelaina se quieren y se llevan la vida mirándose con ojitos, rozándose un poco y dando un salto hacia atrás antes de que la cosa se ponga seria. Son unos amigovios de esos que se dicen ahora, una pareja tóxica de manual que en la vida real cualquier psicólogo le aconsejaría separarse de por vida pero que “bonitos que son en la película”

http://gayrethbale.tumblr.com/post/89863673326

 

Reality Bites es de 1994 y esos personajes parecen de ahora. Y cuando yo la vi en su día me parecían tan lejanos, tan raros que ahora ver que yo soy como ellos asusta porque sé que dentro de otros veinte años esa película volverá a parecer contemporánea. Y nunca, nunca dejaremos de querer ser Winona Ryder en esa película.  

http://maryecem.tumblr.com/post/123423572599/winona-ryder-in-reality-bites-1994