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El síndrome de la becaria de la relación

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El mundo está lleno de becarios que trabajan como esclavos por un salario mísero. Son explotados por unos jefes que siempre sonríen y te dicen lo bueno que eres, estupendo, haces todo fenomenal…pero que no tendrán ningún reparo en despedirte cuando se te cumpla el contrato.

En una relación pasa lo mismo. Puede que tengas unas de esas relaciones de «es mi chica» y dice chica como quitando hierro al asunto, no es novia, no es serio. Lo mismo que con una becaria que bien podría ser denominada como trabajadora ya que realiza el mismo trabajo que sus otros compañeros fijos, pero eso sí, cobrando mucho menos. En el caso de la «chica» pasa algo parecido. Es su chica, no su novia, pero ejerce todas las funciones de la segunda: pasa las noches en su casa, sale con sus amigos, quedan a comer juntos, van al cine y al teatro, ven series acurrucados en el sofá, incluso puede que no queden con otros «chicos».

Llegará un día en el que se acerque la fecha señalada y ya estén pensando en la posibilidad de encontrar a otra becaria, otra sustituta. No te dirán nada al respecto. No se habla de la siguiente pero te dirán que les ha encantado trabajar contigo, que has hecho una labor excepcional, te recordarán con cariño, hablará muy bien de ti y que nunca encontrarán a alguien como tú pero que sintiéndolo mucho te tienes que marchar. El presupuesto manda y no tienen capacidad para contratar a nadie más

El chico te dirá exactamente lo mismo. Nos lo hemos pasado muy bien, eres una chica estupenda, he sido muy feliz contigo, me has tratado de maravilla pero no creo que esto vaya a funcionar. Nadie me ha tratado así nunca pero falta algo. Pero nunca te olvidaré.

Como en los contratos de prácticas, al día siguiente de dejar tu puesto en la oficina, otra chica quizás con mucho más nivel que tú lo ocupará. Después de ella vendrá otra, y otra, y otra hasta que la oficina se de cuenta de que pierden más que ganan con tantos cambios.

Si el chico en cuestión no tiene ya a la otra en mente, tampoco importa mucho porque dentro de días, semanas o como mucho meses, será otra la que se quede en su casa, la que vaya con sus amigos, la que quede con él a comer o a ver series acurrucados.

Estas «chicas» serán una, dos o tres, y quizás alguna se quede fija. Será esa la excepción que siempre escuchamos la de la becaria a la que le hicieron un contrato o la chica que hizo sentar la cabeza al chico.

A las ex becarias nos le quedará otra que seguir intercalando prácticas aunque ellas sí que recordarán con cariño y de verdad ese sitio donde las realizaron.

Publicado en Opinión