Anoche se entregaron los premios Globos de Oro con una edición peculiar donde los premiados dieron sus discursos desde sus respectivas mansiones. La pandemia ha cambiado las reglas del juego.
Mis presentadores particulares nos fueron Amy Poehler y Tina Fey, sino @soyunagafapasta y @polispol que retransmitieron la gala desde Twitch. Lo cierto es que este año he estado bastante perdida entre los nominados, solo había visto algunas de las producciones como El juicio de los 7 de Chicago. Así que esta gala no ha tenido mayor interés para mí personalmente.
Pero sí que me ha interesado una cuestión sobre la que han debatido Miriam y Pol y es ¿se deben eliminar las alfombras rojas?
Miriam está muy a favor de ellas, mientras Pol considera que se deberían prohibir. Ambos tienen razones para argumentar sus puntos de vista. Es cierto que la alfombra roja y prestar demasiada atención al famoseo roba protagonismo al cine que es lo que afirma Pol. Sin embargo, Miriam cree que promocionar una película desde la alfombra roja y hablar de la ropa que llevan las estrellas supone una mayor proyección a las películas.
El caso es que ambos tienen razón porque aunque las revistas y los medios se hagan eco de estos looks pocas veces hablan de las películas que estrenan estas estrellas. ¿Pero es necesario que se hable de ellas? Pol cree que las galas se deberían centrar en el cine y los premios. El salseo y los modelitos habría que obviarlos (en este tema creo que ha habido un poco de confusión entre los dos cuando se ha hablado de salseo. Por lo que he entendido Miriam se refería a salseo como anécdotas divertidas y no a cuestionar la vida privada de los famosos).
El caso es que estoy totalmente de acuerdo en que el salseo entendido como entrometerse en la vida íntima de alguien no debería formar parte del mundo del cine (a no ser que los personajes públicos en cuestión hablen de ello abiertamente). Pero darle protagonismo a las estrellas desde la alfombra roja y fijarse en los looks o aspectos más superficiales puede que sí ayude al cine en cierto modo. Hubo un momento en el debate en el que Pol comentó que la gente a la que le interesa ese aspecto y se aburre con los premios no es la gente que va al cine. Pero sí que es.
Que un actor pose en una alfombra roja y aparezca en un artículo del Hola significa que va a dirigirse a un público que quizá no esté metido en el mundo de la cinefilia pero que llegue a interesarse por esa estrella y cuando vea una película protagonizada por esta, tenga interés en verla. Hay mucha gente que va a ver películas al cine porque reconoce a un actor famoso. ¿No es esto una manera de acercar el cine a otro público?
Quizá al eliminar el glamour de las galas lo único que consigamos es que el cine solo llegue a un público nicho en el que nos encontramos los, por desgracia, cuatro gatos que comentamos los premios en Twitter.
El problema no creo que sea la alfombra roja, sino ciertas actitudes de los medios e incluso usuarios de redes sociales que aprovechan para soltar críticas y burlas sobre la apariencia de las estrellas. Porque parece ser que se ha llegado a la conclusión de que hay que respetar el físico de todo el mundo, salvo que seas famoso y en ese caso podrás insultar y menospreciar a alguien simplemente porque no te guste su estilo o te no te parezca atractivo.