Como me estoy gastando un dineral en libros, he decidido que a partir de ahora hablaré más de éstos en el blog y dado a que hace unos días se estrenó Bajo la misma estrella, qué mejor que empezar con John Green.
Me leí The fault in our stars en verano tras leer varias recomendaciones. Lo cierto es que no tenía ni idea de qué iba el libro, no sabía quién era John Green (bueno me sonaba la cara al tipo ese que salía en youtube, luego más tarde descubrí que era él) y como lo vi en la librería de Cádiz, Quorum en inglés y por 10 euros, pues decidí comprarlo. Hasta que no llegué a mi casa no leí la contraportada y fue cuando me di cuenta de que la historia era la de una niña con cáncer. Me acordé de toda mi familia y la de John Green, pero como todos prometían que era una historia bonita y divertida, fui valiente y empecé a leer.
Y sí, la historia era divertida y bonita. Claro que también triste, pero como John ha dicho miles de veces, Bajo la misma estrella no es una historia sobre el cáncer. Yo ya había visto la película Ahora y siempre protagonizada por Dakota Fanning y aunque me emocioné muchísimo, es verdad que todo lo que cuenta es la enfermedad, incluso en las partes más románticas, el cáncer es el tercer protagonista. En Bajo la misma estrella no lo es. Porque Hazel Grace más que una adolescente enferma, es una adolescente. Su actitud pesimista le viene dada por la enfermedad que padece, pero podría haber sido cualquier otra cosa, recordemos que la vida no es justa. Poco a poco te encariñas con los personajes, te ríes con ellos, lloras con ellos…pero recuerdo que Augustus Waters en un principio no terminaba de llegarme.
Augustus me resultaba tremendamente perfecto y poco creíble, pero de repente en un momento dado que no recuerdo, cuando leía el libro empezó a ganarme y mucho. Me convertí en una fan que lo adoraba. Esto no me ha pasado con la película. Entre que Ansel Elgort es horriblemente guapo y que Augustus tiene ese encanto arrollador, no conseguía que empatizase con él. Lo que sí me pasaba con el resto de personajes. De las partes más emotivas, me pasó como en el libro, y me emocionaban más las escenas de los padres. Y no sé si quedaré como una insensible pero no se me escapó ni una lagirmita viendo la película.
Con los mocos adolescentes soltados en la sesión a la que he ido de «Bajo La Misma Estrella» se podría poner una fábrica de blandiblub
— Paco Fox (@pacofox) julio 4, 2014
Ahora bien, lo estaba comentando con Paco Fox y llegamos a la conclusión de que a lo mejor no nos había emocionado tanto porque el llanto de los adolescentes que nos rodeaban en el cine, nos sacaban de la película. Recuerdo que alguien lloraba desde la primera escena y más de una vez quise acercarme a una chica a darle un abrazo porque se estaba ahogando de tanto llorar. Y la película da pena, sí pero no me pareció tan dramática como para llorar tanto (aunque con el libro sí lloré).
Después de Bajo la misma estrella me leí An Abundance of Katherines y Looking For Alaska. Ambas historias tienen ciertos parecidos, una es en tono más cómico y la otra más dramática. Aunque la dinámica de personajes sigue una especie de patrón Green. En las tres historias hay tres protagonistas formados por una chica y dos chicos. En Bajo la misma estrella, la protagonista es la chica, pero en los otros dos libros es un chico.
Abundance of Katherines me ha encantado y me ha parecido una historia original pero además también lo ha sido la forma de contarla. Con muchas notas a pie de página, aclaraciones, fórmulas matemáticas…Y es que el protagonista es Colin un chico superdotado con una capacidad para memorizar datos impresionante pero que se siente un fracasado porque no es un genio, sólo memoriza, no se siente inteligente. Un ser sensible que no puede soportar que su novia número 19 llamada Katherine (todas sus novias se llaman igual) haya roto con él y emprende un viaje con su mejor amigo Hassan con el que conocerá a nuevas personas y vivirá una aventura que lo cambiará para siempre, mientras investiga la fórmula que salvará el futuro de todas las relaciones. El teorema que adivinará si una relación va a funcionar o no.
En Looking for Alaska el protagonista es Miles un chico que decide ir a un internado a buscar su Great Perhaps, en busca de aventuras, amistad, amor…Allí conoce a Chip, apodado The Colonnel y a Alaska Young, la chica independiente, impulsiva y divertida de la que acabará enamorándose. Pero ella tiene novio. Miles, apodado por todos Pudge, está obsesionado con las últimas palabras antes de morir de personajes históricos, se pasa las horas leyendo biografías de escritores pero no lee lo que han escrito, algo que choca con Alaska que es muy amante de la literatura. Miles acude al internado buscando una aventura y lo que encuentra allí es mucho más. Madurará y sufrirá pero sobre todo, saldrá de allí siendo otra persona.
Lo que me fascina de John Green en sus libros es la manera que tiene de narrar. Siempre incluye referencias literarais y hace partícipe a la literatura de alguna manera, en Bajo la misma estrella con el personaje de Van Houten y en Looking for Alaska con citas a Gabriel García Márquez. Pero además hay pasajes históricos y religiosos. Green estudió en una Universidad religiosa y es algo que se ve reflejado en Looking for Alaska donde los protagonistas estudian la historia de las religiones. No se trata de unos estudios morales, de enseñar qué es lo correcto, así que no hay que tener miedo en este sentido, sino que ofrece una visión de la vida, de la muerte y del más allá desde las distintas religiones para que al final los alumnos saquen sus propias conclusiones sin tener que depender de una u otra.
Puede que todas estas referencias que enriquecen el texto, tanto los pasajes históricos, las notas a pie de página…sea la razón por la que la película de Bajo la misma estrella no me haya entusiasmado tanto como el libro. Porque John Green no cuenta sólo una historia, te ofrece distintos conocimientos, ideas y una forma de usar el leguaje textual tan original que hace que a la película le falte algo. Las palabras de Green.