Ahora os voy a hablar de dos personajes, de Bridget y de Lucía, a las que queremos muchos, que son como nosotras pero al cabo de un rato te das cuenta de que ya nos gustaría a nosotras las vidas de estas dos. Porque no paran de quejarse pero ambas tienen trabajo, dinero, una casa chula y varios chulazos peleándose por ellas, la Jones encima tiene a dos británicos, a Hugh Grant y a Colin Firth. ¿Me puedo cagar en sus muertos ya?
Anda que no decimos veces eso de “estoy como Bridget Jones, amargada comiendo helado”.
Y sí, comiendo helado a lo mejor pero ¿amargada? ¿Bridget Jones amargada? Que me explique la rubia esta los motivos de su amargamiento y cómo ha hecho para que muchas nos creamos que nos identificamos con ella. Yo lo que tengo de Bridget Jones es este momento de estar tirada en la cama comiendo helado, y ya ni helado porque la muy asquerosa se puede permitir comprarse Ben and Jerry’s pero a mí el dinero sólo me da para un bote de helado Hacendado y de marca como mucho el bote de nutella con la que ya mantengo una relación estable.
Y no entiendo de qué se queja esta mujer porque además de tener un trabajo en el que le pagan, cuando se marcha encuentra otro como periodista y no recuerdo si el personaje había estudiado la carrera. Así que quejas laborales pues ninguna, ains pero que está más gordita de la cuenta. Hija mía pues esos kilos de más no te han impedido seducir a Hugh Grant y a Colin Firth. Vale que Grant la putea como nadie, pero eso se sabía desde un princio y son de esas situaciones que se busca ella misma. Que ahí estaba Colin Firth siendo perfecto.
Y digo yo que me identifico con la Jones y pienso, ¿cuándo me he ido yo de paseo en barca con Hugh Grant?, ¿cuándo me he despertado yo con Colin Firth en mi cama?. ¿Cuándo he visto yo a dos galantes británicos pelearse por mí de manera hilarante y encima dos veces?. Porque os juro que si me ha pasado no lo recuerdo.
Y ahora está Lucía de la serie Ciega a citas que también es una Jones de la vida, peleándose con los kilos, llorando como alma en pena y comiendo helado día sí y día también. Y después digo, igualita que yo.
Pero claro yo soy una periodista en paro desde que terminé la carrera, ella ha estado trabajando de lo suyo desde hace varios años, ella trabaja actualmente en un programa de radio del que encima se está convirtiendo la estrella. Y la chica se nos queja porque el guapo de su compañero que es gilipollas no le hace caso. ¿Pero por qué se fijan en los gilipollas?
Y así está llorando, pero oye que tiene al lado a su compañero Sergio Feo que de feo no tiene nada y con el que acabará liada al final, pero es que mientras no para de tener citas y algunas hasta con tíos la mar de guapos que le hacen la compra, le dan masajes y la tratan como a reinas.
Y otra vez pienso ¿y yo digo que me identifico con esta por qué motivo? Se quejan por vicio la verdad. La verdadera Bridget Jones soy yo que estoy en la cama a estas horas de un viernes noche escribiendo en un blog por el que no me paga nadie, que “trabaja” en muchas cosas sin ver ni un duro, que se traga los sentimientos a cucharada (y a veces sin cuchara) de nutella y que es capaz de llevarse tres días sin salir de la cama. Y yo no me suelo quejar y si me quejo, no lo hago tanto como estas dos.
Además como dice Noelia que es más lista que el hambre: “y yo añadiría,a pesar de resultar soez, que follan mucho más de lo que dan a entender”