Justo ayer me volví a encontrar con esta ilustración tan graciosa de @modernadepueblo que viene acompañada por la frase de “Yo que quería ser una Barbie y he acabado siendo una Barriguitas” y hoy me he acordado de ella cuando iba en el metro.
Porque me ha vuelto a pasar. Alguien ha pensado que estaba embarazada. Una señora bastante oronda me ha ofrecido su asiento. A mí. Educadamente he dicho: no, gracias. Mientras pensaba: Hija de la grandísima puta que acabo de venir de almorzar y ya estás haciendo que me arrepienta de todo lo que he comido. Porque he comido mucho, porque era un menú de estos que parece que trae poco, pero no y al final pues te lo comes hasta sin ganas. Y eso que he dejado una parte.
Pero a mí lo de que me tomen por embarazada me pasa mucho. Porque tengo barriguita sí. No estoy gorda, principalmente porque no soy de comer mucho. Comer mal sí, comer mucho, no. Pero de siempre he tenido barriga, ya no sé si es por comer o no, a lo mejor da igual y esa barriga es que tiene esa forma y me tengo que joder. Pero claro es que la cosa empeora mucho cuando estoy en esos días premenstruales en los que la barriguita se convierte en barrigaza mezcla de ovarios hinchados y la jartá de comer que me meto.
Luego vuelve todo un poco a la normalidad pero los comentarios de estás embarazada llegan y joden y me entran ganas de reventar cabezas. Que no hay manera de ponerse un vestido ajustado, pero cuidado también con los que van entallados al pecho y luego tienen vuelo porque también hacen esa figura de tripita de preñada y claro, ¿qué cojones me pongo? Pero lo que más me escama del asunto es que yo he visto a mujeres embarazadas y yo no tengo esa apariencia. La barriga está ahí sí, pero no es una barriga de preñada ni de coña y encima al preñamiento le vienen muchos más cambios físicos.
La cara, el cuello, los brazos, todo cambia, todo engorda. Si ves a una tía que no tiene pinta de estar embarazada pero que tiene barriguita, joder que a lo mejor simplemente viene de darse un atracón de hamburguesas leñe. Pero vamos que me debería haber callado y aceptado el asiento. Por joder. Esa mujer mayor que seguro que tiene dolores de piernas se hubiese quedado de pie durante todo el trayecto, mientras yo fingía ciertos dolores por las patadas del niño.