Desde que vi Gone Girl quise escribir un artículo sobre este tema, pero todo el mundo lo hacía y no tenía nada nuevo que decir al respecto. Pero ahora tengo ganas de recordar ese momento definitivo de la película, esa definición de «Cool Girl» que tanto dio que hablar.
Yo no soy una «cool girl» de esas. Las «cool girl» no tienen nada de malo, salvo que los chicos, todos y cada uno de ellos, parecen ser atraídos como abejas a la miel por ellas y nos quedamos las chicas llanas, las de toda la vida, con el corazón más roto que el jarrón de la abuela que siempre se cae.
No creo que la mayoría de «cool girls» finjan serlo, no creo que finjan que les interese el fútbol, los videojuegos, o comer pizza hasta reventar (a quién no) pero sí que se ha idealizado a través de muchas películas, Drinking Buddies me pareció un ejemplo clarísimo. El personaje de Olivia Wilde era una más entre los chicos, todos querían estar con ella pero como persona era bastante odiosa. Pero daba igual, porque ella era guay, ese tipo de chica que parece inalcanzable y que cuando la alcanzas te crees que lo puedes todo.
Pero las cool girl también tendrán bajonas, porque ojo al dato, también tienen sentimientos. Y esa chica artista moderna llena de tatuajes que admiras tanto en Instagram, habrá sufrido por amor tanto que habrá vomitado de tanto llorar. Pero claro se prefiere esa idealización a la persona de verdad. Quizás cuando esa cool girl esté en casa, día tras día y lleguen a ver su normalidad la dejen plantada por una tipa aún más cool que ella.
Hay Cool Girls que son capaces de comer pizzas, hamburguesas y pasteles y no engordar. Yo si hago eso engordo y lo cago, porque después de un atracón de esos lo único que viene es diarrea. Las hay que hacen cenas comspolita en casa y ofrecen platos éxoticos mientras debaten sobre filosofía y política. Yo te puedo hacer unos huevos fritos a lo mejor pero juro que los haré con muchísimo más amor y que a lo mejor más que interesarme hablar de política o literatura, me interesa más saber cómo estás y qué has hecho durante el día.
Pero yo soy algo guay a veces, lo malo es que muchos no se quedan el tiempo necesario para descubrirlo. Yo no bailo swing ni nada de eso, como estos personajes de manic pixie dream girls que se ponen a bailar en medio de la calle sin importarle que las miren, pero a veces cuando me cogen de las manos y me dan vueltas, me animo y acabo bailando más que nadie. Tampoco canto en karaokes pero a veces si alguien me anima, me apunto a un dúo y muchos se sorprenderán pero yo he cantado a pleno pulmón (aunque no se me escuchara mucho porque tengo poca voz) por los Rolling Stones, Los Ramones, The Proclaimers y hasta Bajo el mar de La Sirenita.
Soy vergonzosa pero muchas veces gracias al apoyo y el cariño de alguien a mi lado me animo, me suelto, me lanzo y me vuelvo un poco más guay, más cool. El problema es que nadie quiere descubrir esas sorpresas que van saliendo de mí poco a poco, nadie tiene tanta paciencia porque ya hay miles de chicas más guay que yo a las que no hay que descubrir. El problema es que yo nunca sabré hasta dónde podría yo haberme transformado gracias a ese cariño de esa persona que se aburrió.
No soy una cool girl de esas, pero también sé ser un poco guay.